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1231 14 Enero 2013

 

El 2013 como año político
Pablo Vargas

Pachuca.- En un país como México, cuya clase política vive de los procesos electorales como única experiencia cívica, es imprescindible hablar del 2013 como año político.

El interés ahora es que se pondrá en movimiento más del 40 por ciento del electorado mexicano en elecciones locales, siendo la más importante la de Baja California, donde se renueva la gubernatura. Hidalgo, para variar, también entrará en elecciones del congreso local.

Después de las elecciones fuertemente competidas del 2012, y fuertemente polémicas donde aun hay gran incertidumbre sobre los resultados en la conformación e inicio del nuevo gobierno. Pero siguiendo el calendario electoral, este año habrá catorce elecciones locales.

Por primera vez la fecha coincidirá. La fecha para estas elecciones está prevista para el 7 de julio, donde se elegirán los siguientes cargos:
Quintana Roo: 25 Diputados Locales y 10 Ayuntamientos; Veracruz: 50 Diputados Locales y 212 Ayuntamientos; Oaxaca: 42 Diputados Locales y 570 Ayuntamientos;  Durango: 30 Diputados Locales y 39 Ayuntamientos; Aguascalientes: 27 Diputados Locales y 11 Ayuntamientos; Zacatecas: 30 Diputados Locales y 58 Ayuntamientos; Chihuahua: 33 Diputados Locales y 67 Ayuntamientos; Tlaxcala: 32 Diputados Locales y 60 Ayuntamientos; Baja California: 25 Diputados Locales y 5 Ayuntamientos; Puebla: 41 Diputados Locales y 217 Ayuntamientos; Tamaulipas: 36 Diputados Locales y 43 Ayuntamientos; Sinaloa: 40 Diputados Locales y 18 Ayuntamientos; Coahuila: 38 Ayuntamientos. En Hidalgo únicamente se elegirán 29 diputados locales.

La importancia de estas elecciones de los 14 estados, es que se ponen en juego 441 diputaciones locales y mil 348 alcaldías. Son muy importantes las elecciones por la coyuntura nacional, de la interrelación del nuevo gobierno con los poderes locales, y la presencia del “nuevo PRI” como partido gobernante.

De los 14 estados donde habrá elecciones en 2013, Baja California acapara los reflectores de los partidos políticos, ya que en esa entidad fue la primera en ser gobernada por  el PAN, un partido distinto al PRI hace 24 años, está en juego la única gubernatura que se disputará en julio próximo.

Frente a los resultados del 2012, la ahora oposición: PAN y PRD, que han firmado el “Pacto por México” se enfrentarán nuevamente. Dada la importancia de dicha elección, los tres principales partidos han empezado negociaciones con miras a establecer alianzas para garantizar el triunfo. El PAN busca coaligarse con el PRD, mientras el PRI ha ratificado que irá con el Partido Verde e inició acercamientos con sectores del perredismo y del Partido del Trabajo. Todo ello, ante la evidencia de que Acción Nacional está en riesgo de perder la gubernatura, de acuerdo con diversas encuestas.

Así pues, el mecanismo de las coaliciones electorales está por verse, después del 2010 en que actuaron conjuntamente PAN y PRD en varios estados. La formación de coaliciones no es exclusivo de Baja California. Los partidos buscan la construcción de ese instrumento en otros estados: Puebla, Oaxaca, Sinaloa, Durango, Coahuila, Zacatecas, Tamaulipas, Aguascalientes y Veracruz.

En el PRD se discute ampliamente, ante un panorama de pérdida de militancia por la formación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y probable caída de su votación, la construcción de coaliciones; no todas las corrientes están de acuerdo en ir con el panismo; la dirección nacional considera pertinente dar continuidad a la política de amplias alianzas, que permitió gobiernos de coalición en Sinaloa, Puebla y Oaxaca, y extenderla a otros estados.

A estas alturas son débiles y poco precisos los argumentos de la dirigencia del PRD para pactar coaliciones de que éstas permitirán alcanzar buenos resultados electorales, “evitar la restauración del PRI” y, en algunos casos, arrebatarle importantes posiciones.

En fin, nuevamente se pone en la agenda política nacional las elecciones locales. La tradición es que son elecciones completamente desairadas, donde predomina el abstencionismo. Es difícil cambiar la mentalidad de la mayoría del electorado mexicano, conformista, pasivo y subordinado a los premios y despensas. Mucho falta por desarrollar una cultura cívica.

 

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