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1252 12 Febrero 2013

 

50 aniversario: larga vida al legendario centro de orientación sindical cinco de febrero (cos5f): 1963-2013, I
Jesús Ávila

A Manuel Carranza: en memoria

Mientras tanto el archivo de la memoria está disperso. Por muchos hogares y en muchos seres, casi vagabundos la memoria espera su compaginación y estudio:
La memoria necesita, la memoria de los trabajadores de Fundidora, el fuego de los sentimientos. Un fuego de todos formado por las vivencias inagotables del trabajo, de los hechos y de los sueños redentores de todos y por todos.
La memoria viva sólo hace reclamos: que todos digan lo que tienen que decir para que no se olvide esa parte vital de la historia de Monterrey.
Celso Garza Guajardo (1).

¡Llegaron los Carranclanes! El entorno en que surge el cos5f

Monterrey.- Cuando se fundó el COS5F en 1963, la clase media regiomontana se entretenía frente a un aparato de reciente intrusión en los hogares: la televisión, que con tres canales: el 3, el 6 y el 10 capturaba la atención de familias enteras. Mientras en el cine Juárez los cinéfilos locales acudían al estreno de El Tejedor de Milagros con Pedro Armendáriz y Columba Domínguez, película precedida de crítica favorable en el Festival de Cine en Berlín.

En esa fecha, la Asociación Democrática Mexicana en El Porvenir denunció que, a pesar de los esfuerzos desplegados por el presidente estadounidense John F. Kennedy para librar a América Latina de las garras del comunismo, éstos no traían consecuencias positivas en ese propósito y como ejemplo citaba lo ocurrido en la Facultad de Economía de la UNAM, donde un grupo de estudiantes anticomunistas habían fracasado en su intento por evitar la enseñanza del marxismo, pues al empatarse la votación, el Rector, amigo íntimo [...] del Gral. [Lázaro] Cárdenas dispuso que se añadiera una hora más a las dos horas de difusión del marxismo, adiestrando a los jóvenes en las prácticas necesarias para acelerar la victoria total del comunismo (2).

Un año antes de la fundación del COS5F, en el país y en Monterrey tuvo lugar una encendida rebelión provocada por la inclusión de los libros de Texto Gratuito en el sistema educativo. A pesar del gélido ambiente en el invierno de 1962, el termómetro político en la ciudad empezó a caldearse, el gobierno federal había anunciado próximas reformas al artículo 123, éstas incluían la prohibición de trabajar a los menores de catorce años; establecimiento de salarios mínimos y salarios mínimos profesionales; la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas y la reinstalación de los trabajadores injustamente despedidos. Su sólo anuncio, causó escozor en los organismos empresariales, que de inmediato públicamente hicieron saber su inconformidad.

Como si fuera poca cosa, para concluir el mes de enero, el día 25, el periódico El Norte dio a conocer la intranquilidad que privaba ente un segmento importante de los padres de familia: la Reforma educativa alarma a padres de familia publicó el citado diario; además de manifestar éstos su temor con lo que parece la comunización gradual de la niñez de Nuevo León.

Como observamos de acuerdo a las notas periodísticas del mes de enero de 1962, el clima frío y la nevada no impidieron que subiera la gradación de la temperatura en el ámbito político: el proceso de reformas y adiciones en trámite el artículo 123 Constitucional motivo de alarma entre los empresarios y de apoyo entre las centrales sindicales; la huelga de doce mil universitarios contra el alza de cuotas anunciaba el inicio de una campaña contra el escritor y humanista José Alvarado, a quien no se le perdonaría jamás su espíritu progresista, que la conservadora sociedad de esa época o al menos de sus elites de poder e influencia, sufragaban con términos ideológicos acuñados desde el porfiriato: Orden, Disciplina y Trabajo, fueron sus divisas; la reforma educativa o la que parecía, a decir de un núcleo representativo de padres de familia, el origen de un proceso donde la SEP era la extensión ideológica, el brazo invisible, sutil y silente de la heroica Revolución Cubana, como lo denunciaron.

El sábado 2 de febrero, tres días antes de la formación del COS el martes 5 de febrero de 1963, se publicó un desplegado en El Norte, intitulado Un Aniversario Glorioso con motivo del 1er. Aniversario de la multitudinaria manifestación convocada por el gran empresariado nuevoleonés en contra de los libros de Texto Gratuito.

En diciembre de 1962, la Juventud Comunista había acordado celebrar el Festival de la Juventud y de los Estudiantes Neoloneses por la Paz, la Amistad y la Liberación Nacional en Sabinas Hidalgo, el 13 y 14 de abril de 1963; evento que fue saboteado por la Cruzada Regional Anticomunista y la conservadora Unión Neolonesa de Padres de Familia, que publicó en El Norte el miércoles 17 de abril de ese año un manifiesto con el encabezado siguiente: Muy Bien Sabinenses, aplaudiendo la reacción violenta de una parte de la población de ese municipio contra la pacífica concentración juvenil del citado Festival. A estos acontecimientos se les conoce históricamente en el imaginario social como El Sabinazo (3). Los que nuclearon en torno al COS5F, fueron denominados con el alias de los Carranclanes, debido a que uno de los dirigentes sindicales históricos fundadores del COS, fue el legendario Manuel Carranza.

A grandes rasgos, ese fue parte del contexto en que surgió la épica del COS el martes 5 de febrero de 1963, tenía como banderas de emancipación la lucha contra el charrismo y por la libertad y democracia sindical.

Para que no se olvide la historia de los trabajadores de fundidora

En efecto, en esos días, tanto los periódicos, la radio y la televisión, despiadadamente hicieron una campaña de desprestigio contra todos los trabajadores de Fundidora que hasta la fecha, aún hoy, a pesar de haber pasado tanto tiempo, se nos sigue acusando de su cierre. Y con tristeza y frustración miro que en los terrenos donde los obreros dejaron sangre y sudor y que ahora es el hermoso Parque Fundidora, no se encuentre un monumento, ¡vaya! Ni tan siquiera una triste placa o de perdido que al monumento dedicado al obrero que se encuentra en la Macro Plaza se lo traigan al Parque, como un recuerdo a los miles de obreros que laboramos en lo que fue esa gran industria siderúrgica [...] Pero lo más lamentable, la falta de respeto a la memoria de aquellos compañeros que murieron en un accidente laboral, por alguna enfermedad por respirar gases y polvos inevitables en el proceso de una fundición o para aquellos compañeros que quedaron mutilados o discapacitados también por un accidente de trabajo. Así es que, armado de lápiz y papel, fui anotando en una libreta –por más de diez años– de ¡cuánto recuerdo sobresaliente tuve a lo largo de mis más de veintidós años de obrero!
César Rogelio Daniel Rodríguez (4)

El epígrafe que al inicio prologa esta presentación de Celso Garza y el de César Daniel Rodríguez nos evocan a recordar a viejos camaradas y amigos, nucleados en la hermandad de la hoz y el martillo, todos ellos del Centro de Orientación Sindical 5 de febrero, con quienes compartimos en la década de los 70’s de la centuria pasada, parafraseando al entrañable Celso Garza: vivencias inagotables, sueños libertarios y de redención social.

Pasan revista en nuestra memoria los nombres de genuinos héroes de la clase trabajadora, quijotes del movimiento obrero regiomontano, paladines justicieros por la fraternidad del hombre: Manuel Carranza, Eustolio Arredondo, Aurelio Arenas, Ignacio Briseño, Zoilo Valdez, Ricardo Zúñiga, Fermín Garza, Esteban Ovalle; en fin, una larga lista difícil de inventariar con puntualidad.

Con ellos aprendí, ellos me enseñaron a respetar y admirar el orgullo de pertenencia y de identidad social, porque:

Ser obrero en Fundidora implicó siempre una manera distinta de nacer, pasar la infancia, trabajar, casarse, reproducirse, ver la vida, enfermar y hasta morir. [Nacer] en la maternidad María Josefa, daba y sigue dando aún, para muchos, una identidad muy definida... Nacer sano, fuerte, laborioso y rebelde en Fundidora, significó también estudiar en las escuelas construidas en la empresa, hacer deporte en sus terrenos, saber tomar, enamorar y tirar golpes, ocupar el puesto de trabajo de los padres, casarse en el centro social de Fundidora, entrar de lleno al activismo sindical, enfermar de padecimientos no profesionales, y morir siendo despedido en los velatorios sindicales (5).

Nuestra ciudad capital ha sido considerada por los investigadores sociales, como un laboratorio ideal, excelente campo para el estudio de los orígenes de su proceso de industrialización. También Monterrey es de fama y muy conocido, su trascendencia internacional como la Capital Industrial de México y desde hace poco más de una década adquirió la reputación de ser la capital del Tratado Libre de Comercio.

No pocos estudios se han ocupado de desentrañar los fenómenos históricos y sociales que describen y explican las condicionantes materiales y económicas que permitieron, hace poco más de una centuria, el denominado despegue e impulso industrializador de la metrópoli regiomontana.

Si no de manera profusa, aunque si consistente y sistemática, diversos trabajos, reseñas, seminarios, congresos y autores, han hecho hincapié en la génesis de los capitales y de sus capitanes de empresa. Así, prolíficas y documentadas monografías de Monterrey y de sus exitosos empresarios, nos son presentadas por quienes, desde la academia y el rigor conceptual-metodológico, se han preocupado por dilucidar los perfiles y valores de la filosofía empresarial.

Sin embargo, pocos trabajos se han ocupado de abordar a la contraparte –que se nos disculpe el término– de los citados procesos socioeconómicos. Porque también protagonista indiscutible del desarrollo de la historia y cultura industrial de Monterrey –es y ha sido– la clase obrera regiomontana. Poseedora de un bagaje forjado en los talleres y fábricas de la ciudad desde finales del siglo XIX. Fundidora, fue constituida protocolariamente el 5 de mayo de 1900.

En mayo próximo se cumplirán 27 años en que fue declarada en estado de quiebra, una empresa emblemática en la historia del Monterrey, que también sabe vestirse de obrero, de azul mezclilla y que sigue conservando su alma de acero. Fueron pocas las voces que en su momento denunciaron que la responsabilidad fundamental de la crisis en Fundidora, recaía en la administración de la empresa.

Basta revisar lo que se escribió, publicó y difundió en la época, para constatar la estridencia mediática orquestada en contra de la legendaria Sección 67 del sindicato de trabajadores minero metalúrgicos, aunque también hubo opiniones sensatas que cuestionaron con fundamento la decisión política tomada por la alta administración del gobierno federal desde su gabinete económico, donde incluso ni las autoridades estatales fueron informadas de esta determinación a pesar de tener incumbencia concreta en el asunto y por el impacto sociopolítico y económico de la medida (6).

Fue en el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), en que el Estado renunció en su discurso a su rol como rector de la economía; de esa forma, inició un proceso que lo llamaron de conversión industrial, mismo que se tradujo en el desmantelamiento y reorientación estructural del aparato productivo. En nuestro país éste fue el punto de partida hacia la globalización, entendida ésta como la apertura a la competitividad mundial (7).

En esa década de los 80’s irrumpe la revolución ideológica conservadora, los modelos económicos neoliberales, el capitalismo salvaje: donde el paradigma que los inspira tiene en la primera ministra inglesa Margaret Tatcher, su musa de veneración (recordemos el drama y el estoicismo de la huelga de los mineros del carbón en Inglaterra, para resistir durante meses la política de choque y de preconversión de los yacimientos carboníferos; donde, finalmente fueron doblegados).

Continuará…

Versión ampliada del texto leído en los 50 Años de Historia del Centro de Orientación Sindical 5 de Febrero (1963-2013), a 9 de febrero del 2013.

Notas
1.- Arenal, Sandra, Compilación de. Fundidora, diez años después... para que no se olvide.. Centro de Información de Historia Regional. UANL; Consejo para la Cultura de Nuevo León, Monterrey. 1996. Pp.7-8.
2.- El Porvenir: Conjura con Vía Libre, miércoles 6 de febrero de 1963, 2ª. Sección.
3.- Una versión testimonial señala que el sacristán de la iglesia principal de Sabinas Hidalgo, al que los feligreses llamaban de cariño como Ramoncito, fue uno de los principales instigadores que azuzaron a la muchedumbre en contra de los jóvenes convocados al Festival.
4.- César Rogelio Daniel Rodríguez, El Padrecito: anécdotas y recuerdos de un extrabajador de Fundidora narrados con excelente humor. (inédito).
5.- Sánchez Martínez, Juan de Dios, Poder, Salud, Acero y Capital en Arenal, Sandra... Fundidora, diez años... op. cit. Pp. 96-97.
6.- Reflexión de Lucas de la Garza en Arenal, Sandra... Fundidora... op. cit., p. 211.
7.- Morado Macías, César, Nuevo León. Historia de un Gobierno: Siglo XX, 2005, p. 36 (inédito).

 

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