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1252 12 Febrero 2013

 

Lebewohl, Papst Ratzinger
Hugo L. del Río

Monterrey.- La versión sigue circulando: Reagan puso el dinero, la tecnología y los servicios de espionaje: el Papa Juan Pablo II aportó su enorme talento político y su conocimiento de la región. El resultado: primero, Polonia se desgajó del bloque socialista europeo y luego todo el sistema se vino abajo.

Obviamente, Benedicto XVI no es Wojtila. Breve su reinado –curiosamente, ocho años, al igual que Benedicto XV–, el alemán tiene motivos de sobra para sentirse, más que fatigado, vencido. Pesa sobre él la sombra del mexicano Marcial Maciel: pederastia, drogadicción, fortuna personal creada con fondos de la Iglesia y los fieles y, para acabar, abuso sexual del que hizo víctimas a sus hijos.

Y la pifia del propio germano Obispo de Roma al citar la conocida frase de un emperador bizantino que odiaba a muerte al Islam. En dos mil años de existencia, de 265 Pontífices romanos, sólo cuatro habían renunciado. El último, Celestino V, investido en 1294, duró cinco meses en el Trono y de la Casa de Pedro fue a dar con sus venerables huesos a prisión, donde murió.

Tal vez Herr Ratzinger nos dice la verdad. Quizás no: son tiempos difíciles y debe estar sometido a tremendas presiones dentro y fuera del Vaticano. Las Bolsas resintieron ayer su dimisión y habrá que ver las consecuencias que esto tendrá en la Zona del Euro. Por lo pronto, el bávaro se va y la lista de aspirantes es larga. Veamos algunos:

El más joven: Baselius Leemis Thottumkal, 53 años, India. Benedicto XVI apenas lo nombró cardenal hace tres meses.

El más anciano: el nigeriano Franzis Arinze, de 80.

Joao Brazde Avis, brasileño, 65, afín a la Teología de la Liberación.

Mar Quellet, canadiense de 68; en su Quebec lo conocen como un príncipe de la Iglesia, demasiado aficionado a las cosas buenas de este mundo.

Gianfranco Ravasi, italiano, 70, actual ministro de Cultura en el Estado Vaticano. Habla lo mismo de arte que de ciencia en los idiomas que usted guste. Además, ha participado en diálogos con organizaciones de ateos.

Leandro Sandri, argentino, 69.

Odilo Pedro Scherer, 63, Arzobispo de Sao Paulo, la Diócesis con mayor población católica en el mundo. A los brasileños les parece demasiado reaccionario, pero en Roma lo ven como un moderado.

Peter Turkson, 64 años, de Ghana; titular de la Oficina para la Justicia y la Paz. Provocó un problema con los musulmanes.

Cristoph Schoenborn, 67, austriaco.

Angelo Scola, 67, italiano. Promotor de un entendimiento con el Islam.

Luis Tagle, 56, filipino.

“Sería bueno que hubiera un candidato africano o latinoamericano en el próximo Cónclave”, dijo el cardenal suizo Kurt Koch. Sí, sería muy bueno. Pero lo más probable es que los italianos se vuelvan a adueñar dela Silla de Pedro.

 

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