HORIZONTE CIUDADANO
Entre riesgos continuos, la lucha sigue
Rosa Esther Beltrán Enríquez

Saltillo.- Lo que un día comenzó como un sueño, paso a pasito ha tomado forma, es la figura de un caminante que sólo se detiene para revisar su ruta de avance, evaluarla con sus compañeros y continuar en la cruzada del empoderamiento en los derechos humanos de los migrantes, en respuesta ante la emergencia humanitaria que viven las personas en tránsito.

Para el sacerdote Pedro Pantoja Arreola, acompañar a los más débiles fue su elección desde hace más de 50 años, por eso apoyó incondicionalmente a los obreros saltillenses en la huelga de Cinsa-Cifunsa y estuvo en contacto con los emblemáticos líderes obreros, Demetrio Vallejo y Valentín Campa, además, en Monclova, permaneció con los obreros de AHMSA en diferentes momentos de sus huelgas y movilizaciones, e igualmente fue solidario con los mineros de la Carbonífera en Barroterán y Nueva Rosita, donde las empresas del carbón se alimentan de la sangre de los mineros, así fue en Pasta de Conchos ahora en el 9° aniversario de ese asesinato industrial; pero nada ha detenido a Pantoja en esta lucha.   

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), otorgó el Premio por la Igualdad y la no Discriminación al padre Pedro Pantoja, quien junto a otros connotados activistas defensores de los derechos humanos recibieron este reconocimiento. El padre Pantoja recibió el premio en representación de las casas del migrante del norte de México.

Para el padre Pantoja Arreola el  reconocimiento del Conapred de ninguna manera considera que se trate de un galardón a su persona, no, éste representa una sutil respuesta a la grave y vulnerable situación de los derechos humanos de los migrantes en esta región, dice, ellos son un colectivo del que nadie tiene compasión, hasta ahora las autoridades se han negado a darles calidad, a darles la dignidad de personas, su historia es de discriminación absoluta, porque salen de sus lugares de origen a causa de la pobreza y la violencia,  porque hasta ahora su vida está condenada a ser destrozada, porque ellos padecen las peores vejaciones; por eso, él espera que el reconocimiento sea al menos un principio de justicia mediante el cual se visibilice el sufrimiento de este colectivo, que sea el principio de un proceso para frenar toda la crueldad hacia ellos y que se llegue al espacio en el que sean sujetos con plenos derechos, porque hasta ahora en los migrantes se encuentra el México profundo en una globalización de la indiferencia.

El clérigo presentó en Conapred testimonios espeluznantes de torturas, robos, secuestros que la delincuencia organizada y los representantes del poder que juntos conforman la CRIMINALIDAD DEL PODER  y que son los que a través del gobierno oprimen brutalmente al pueblo.

En la entrevista, el sacerdote también evalúa la situación de los activistas voluntarios que dedican su vida, o una parte de ella a atender a los migrantes, expresa que es un sector que ha crecido en cantidad y en calidad, porque se trata de una juventud o adultos muy comprometidos, muy sensibles en su entrega, son voluntarios que tienen muy claro que su trabajo es para empoderar, transformar y rescatar la dignidad a los migrantes, ahí también ubica el trabajo de las religiosas que realizan una labor muy coordinada con las diferentes casas de los migrantes, en eso se ha avanzado mucho, es una lucha en la que se están cosechando frutos.

Pantoja Arreola le planteó a la Conapred que lo que se espera de ellos es, “que no se dejen atrapar por las coordenadas del sometimiento institucional: la corrupción, la represión, los trepadores de los sistemas de poder, sino que se adhieran a la heroica, digna, limpia y honesta cooperación con las víctimas y no con los victimarios”.