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2058 16 Marzo 2016

 

 

Vaivenes de la comunicación gubernamental en NL
(De Zorrila al Bronco)
Eloy H. Sandoval


 
Monterrey.- A más de cuatro meses de ser el “papas fritas” en Nuevo León, como gobernador constitucional del estado, Jaime Rodríguez “El Bronco”, no pierde oportunidad para lanzar desde su popular trinchera bronca, su voz retadora. 

No le importa si los periodistas son hombres o mujeres, jóvenes o viejos, sino el medio al cual representan.

En el fondo, muy en el fondo, la propuesta de cambiar el esquema de Comunicación Social es buena, salvo que le falta la contraparte, la propuesta integral, el nuevo modelo a seguir, porque de otra manera quedaría al descubierto un gobierno anárquico y tiránico, con el cual difícilmente lograría crear un desarrollo armónico de todos los entes en una sociedad caótica y de corte individualista como la existente en la entidad.

La historia política reciente de la participación periodística en el estado, reseña que fue el gobernador Gregorio Zorrilla Martínez (PRI), quien integró formalmente un área de prensa en su gabinete gubernamental y además, le dio un corte más formal e institucional al gobierno administrativo para enlazar adecuadamente las áreas de servicio público con las distintas capas de la sociedad.

Pese a ello, ha sido hasta hoy, uno de los gobernadores más atacados por el influyente periódico de corte empresarial “El Norte”, el cual hasta una tira cómica le creó para denostarlo en sus páginas, creando un personaje llamado “Dr. Zeta”.

Zorrilla Martínez, doctor en Derecho, como Presidente fue uno de los impulsores del Instituto Nacional de Administración Pública –INAP- en México, y replicado en cada una de las entidades una representación mediante la cual se capacitaría técnicamente a políticos y ciudadanos interesados en aprender administración pública con costos mínimos de recuperación, y elevar así la calidad del administrador público y el beneficio hacia la sociedad en su conjunto.

Por esa institución educativa en Nuevo León, pasaron políticos, administradores y ciudadanos de distintos partidos políticos, algunos de ellos llegaron a figurar como diputados locales y federales, presidentes municipales y gobernadores, como fueron los casos de Jorge Treviño, Consuelo Botello, Fernando Margain, Sócrates Rizzo, Eloy Cantú, por mencionar algunos.

El INAP como asociación civil, operaba con aportaciones estatales y federales, y su aportación educativa fue la de incrementar la calidad del servicio público y estimular la formación de un servicio civil de carrera para el impulso de un desarrollo más equilibrado y justo en la sociedad.

El siguiente gobernante, Alfonso Martínez Domínguez (PRI), quien carecía de estudios universitarios (como Regente de la Cd. de México, con la fuerza pública y los “Halcones”, participó en la represión de los estudiantes universitarios el 10 de Junio de 1972), mantuvo en su gabinete la Dirección de Prensa, desechó apoyar al INAP en su capítulo de Nuevo León, y llegó al grado de afirmar “la administración soy yo” y rechazó enviar a sus administradores a capacitarse. Ese fue un sexenio pobre para el IAP, el cual vio mermada su actividad en gran manera. Martínez Domínguez fue el creador del Canal 28 y Radio Gobierno, como parte coadyuvante para el gobierno administrativo.

El arranque del nuevo sexenio, con Jorge Treviño Martínez (PRI), fue de bonanza para el IAP, ya que reactivó el convenio de las actividades de capacitación y estudio, y además modificó la estructura administrativa y creó la Coordinación General de Comunicación Social, integrada por las Direcciones de Prensa y Relaciones Públicas, Documentación y Publicaciones, Radio y Televisión y Administración, y dicha Coordinación quedó como área Staff, de relación directa de acuerdo con el gobernador del estado, y le dio un fuerte impulso al Canal 28 de Televisión y amplió la cobertura de Radio Gobierno en los municipios de la entidad.

La idea del manejo de los medios de comunicación públicos para beneficio de la ciudadanía en general era excelente, desafortunadamente, ni el titular de la Coordinación, ni el de Canal 28 y Radio Gobierno lograron entender el concepto.

JT se vio precisado a destituir en la mitad de su administración al coordinador y cuatro directores de Comunicación Social por su ineptitud, y con nuevos funcionarios logró terminar su administración con una imagen pública respetable, mientras la estructura de Canal 28 y Radio Gobierno sobrevivió con apuros y muy menguados resultados positivos.

Sócrates Rizzo (PRI), gobernador siguiente, quien no terminó su mandado ante la presión de la iniciativa privada y el influyente periódico El Norte, mantuvo la misma estructura de comunicación social; desafortunadamente fue todo un fracaso la tarea comunicacional al colocar a un abogado en vez de un periodista, un publirrelacionista o comunicólogo.

El gobernador estatal siguiente, Fernando Canales Clariond (PAN), el primer gobierno de alternancia en la historia reciente, desdeñó la estructura de Radio y Televisión estatales, y le dio prioridad a la actividad periodística empresarial con la cual estableció fuertes lazos al sentirse atacado durante su campaña política para alcanzar la gubernatura, aunque sostuvo la misma estructura de Comunicación, pero sin pena ni gloria.

El siguiente gobernador constitucional, Natividad González Parás (PRI), fue contundente en el aspecto comunicativo, y al igual que Martínez Domínguez, con una visión de “la administración y la política la manejo yo”, en forma categórica y con desprecio al aspecto de comunicación, reestructuró toda el área, y la Coordinación General pasó a ser una simple Dirección de Comunicación Social dependiente de la Secretaría General de Gobierno, y dedicó un fuerte presupuesto para la creación de la “Ciudad del Conocimiento”, la cual jamás se concretó en beneficio para la comunidad nuevoleonesa.

El verdadero acabose definitivamente resultó ser el gobernador Rodrigo Medina, (PRI) quien designó a más abogados que politólogos o periodistas, como titulares de Comunicación Social, replicando el esquema foxiano “lo que el gobernador quiso o quiere decir…” y cambió de titular de comunicación más de seis veces, para terminar como el peor gobernante de los últimos tiempos, y desde luego, el que más engordó a las “vacas sagradas” de la prensa grande local y nacional y los emergentes medios impresos y digitales.

La Prensa Chica
Es necesario señalar, que antes de la creación del área gubernamental de Comunicación Social, en la entidad –como en otras entidades federativas–existían un sinnúmero de medios –periódicos y revistas– llamados “independientes”; estos medios periodísticos, eran productos con pocas páginas, generalmente dirigidos y confeccionados por periodistas empíricos, personas sin estudio ni técnicas de comunicación o de periodismo, quienes amparados en el Art. 6to. Constitucional, -relativo al ejercicio de la libertad de expresión-, desempeñaban esa actividad, cargados de errores ortográficos y sintácticos, y con una política frontal de ataque o de apoyo a los políticos y gobernantes.  Lo anterior traía como fondo, la exigencia por el pago de los escritos incluidos en sus páginas, y de acuerdo a ello se apoyaba o se atacaba a quienes “no se mochaban” con el medio. 

La “política editorial” de estos medios conocidos como miembros de la “Prensa Chica”, también iba más lejos y se aplicaba por igual a las empresas o comercios establecidos denostando su actividad, productos o servicios. El auge de estos medios fue impresionante en las décadas de los 40’s hasta los 80’s, y la ristra de nombres pululaban en las oficinas públicas y partidos políticos donde era común encontrar ejemplares de “El Alacrán”, “El Machete”, “El Perico”, “La Tribuna de Monterrey”, “La Mecha”, “El Látigo”, etcétera.  La lista era impresionante.  Sus directores eran una cofradía de apoyos mutuos y en grupo trabajaban en las principales ciudades de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, cubriendo los eventos más importantes como eran las giras presidenciales, informes de gobierno y la construcción o inauguración de grandes obras.

Muchos de sus editores fueron encarcelados, golpeados y vilipendiados, allanadas sus oficinas y desaparecidos sus medios.  Algunos con suficientes cojones, volvieron a editar sus medios, otros optaron por crear nuevos medios con nombre diferente, unos más se retiraron y se dedicaron a otras actividades, de todos ellos, quizá el más significativo fue Valeriano García, Director de “La Mecha”, quien aún, de cuando en cuando saca su medio y lo sigue distribuyendo de mano en mano.

La Era Bronca, Bronca, Bronca…
Las elecciones de 2015 para la gubernatura estatal, arrojaron un nuevo concepto político al resultar triunfador en la contienda electoral, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, bajo el esquema de candidato INDEPENDIENTE.

“El Bronco” hizo alianza con Fernando Elizondo (Movimiento Ciudadano), y ante la falta de recursos económicos crearon un grupo para operar y manipular la candidatura en las redes sociales (Facebook, Instagram, y Whatsapp), logrando una interacción de un 85% con la participación de 700 mil usuarios -según Proceso- en la fanpage del “Bronco” en Facebook.  Con esto, la fórmula BRONCO-FE, repuntó en las encuestas y logró posesionarse. Ante sus logros, los medios de comunicación de la “Prensa Grande” integrada por Televisa (Canal 2), Multimedios (Canal 12), y el Tv Azteca 7, y medios colaterales impresos y medios Digitales, apostaron una cargada en contra, favoreciendo a Ivonne Álvarez (PRI) pero ni aun así lograron que la fórmula Bronco-FE, triunfara.

Con el acta de ganador en la mano y a su arribo al Gobierno del Estado, Jaime Rodríguez, a modo de revancha por el trato en medios, exhibió las cuentas pagadas a los medios de comunicación durante el sexenio de su antecesor Rodrigo Medina y las cuales ascendieron a más de 4 mil millones de pesos y anunció que eso se terminaría drásticamente, y para atender a la ciudadanía transformaría su oficina de Palacio con la instalación de una pantalla y un centro digital para utilizar las redes sociales como medio de interlocución.

Palos de Ciego
Los primeros 100 días de gobierno han pasado, ya estamos en  2016, y “El Bronco” carece de un Plan de Gobierno Sexenal, el cual conformaría con la sociedad, pero hasta el momento no existe, de momento ha convocada a la ciudadanía mediante las redes para que presenten propuestas, llenen formularios y participen.  Le importa el diálogo por las redes, el cara a cara ciudadana lo relega.  Su gabinete estatal aún no termina de conformarlo, y para colmo, ya dejó entrever que vetaría todas las iniciativas del Congreso Estatal si fueran lesivas a su trabajo gubernamental.

Si a esto se le añade que sostiene su rechazo de convenios con los medios tradicionales de la “prensa grande”, la “nueva prensa chica” y lo periódicos y revistas Digitales, donde el desempleo crece, el asunto de torna de “focos rojos” en términos de gobernabilidad.

El “rumor” de que solamente trabajará un año y medio para lanzarse como pre candidato a la Presidencia de la República parece cobrar certeza, ya que las designaciones hasta ahora realizadas, han sido palomeadas por Fernando Elizondo, quien veta además a quienes no sean las que él propone.  Ya le desertaron varios colaboradores y presentó una modificación de su gabinete ante el Congreso Local.

Es un hecho de que si continúa por la ruta que lleva de rechazo contra los medios, confrontaciones legislativas, palos de ciego, promesas incumplidas o a medio cumplir, aspiraciones presidenciales y divorcio de interlocución con la comunidad, su futuro será negativo y de nulos resultados.

Jaime tenía todas las posibilidades de llegar a la gubernatura.  Hoy ya es gobernador y su problema de su comunicación es evidente y preocupante.  Sus asesores principales –si los tiene- han fallado y lo han colocado en una pésima posición de imagen pública.

Jaime Heliodoro, “está en este mundo para aprender a manejar el poder, la autoridad y el dinero”.  Ésta es la fórmula principal que debe atender, resolver y conseguir, y si no lo hace en el ciclo abierto, no logrará conseguir “el éxito” de su destino.

Gobernar no solamente es mandar y que los demás obedezcan, gobernar es acordar, escuchar, atender, cumplir compromisos, presentar buenos resultados, acrecentar su empatía con los ciudadanos y los contrarios, es apoyar y ayudar a los necesitados,  establecer lazos estrechos con los olvidados y los productores.  Gobernar es apoyar la inversión y fortalecer al inversionista, es distribuir los recursos con justicia, entre otras tareas básicas para llevar con atingencia la investidura constitucional y política.

El apodo y la imagen de Bronco, deberá erradicarla totalmente de su persona, de su discurso y de su gobierno si quiere trascender.  Debe mirarse en el espejo de “El Peje”.  Andrés Manuel no lo logró, y ese ha sido el motivo por el cual no ha llegado, hoy un poco tarde, lo entendió, ya transformó su imagen a la que conviene en estos tiempos de la política y está en la cúspide de las preferencias políticas.

Las oportunidades en la vida se presentan solamente una vez.  Si el hermano Bronco, no se baja del penco, y se transforma de piedra bruta a cúbica, para convertirse en el gobernante elegante, flexible, amable y sagaz que anhela el pueblo de Nuevo León, no pasará de ser un vaquero de pasos perdidos que un día logró el sueño de ser gobernador pero no supo cristalizarlo al dejarse llevar por las pasiones, si lo hace, Saturno será benévolo con él y no lo devorará.

Todo tiene un costo, la transformación como toda evolución “duele”, pero al final, los resultados valen la pena, todo es cuestión de voluntad para aceptar, y determinación para trabajar.  Hay que aprender a gobernar.  Hay proyectos de comunicación que pueden aplicarse y darían excelentes resultados para beneficio de los nuevoleoneses, sin tanto costo ni heridas, y lo mantendrían con buenos bonos en la actividad pública.

* Periodista y analista político; ex UANL-LCC.


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